En este episodio, me gustaría tocar un tema que me parece muy relevante tanto en nuestra vida común y corriente, como en nuestros esfuerzos y prácticas espirituales.
Se trata de la relación entre una creencia o un sistema de creencias y la sabiduría interna que surge a partir de nuestras experiencias directas.
Escucha el podcast aquí:
Lee la transcripción del podcast a continuación:
En el ámbito de la espiritualidad, como en otras áreas de la vida, nos topamos con diferentes sistemas de creencias que determinan nuestra forma de hablar, de estar en el mundo, lo que creemos que es correcto o no, nuestros comportamientos, la manera en la que nos relacionamos, etc.
Estos sistemas de creencias no son estáticos, más bien cambian constantemente a lo largo de nuestras vidas. La impermanencia de las formas mentales, los pensamientos, las ideas con las que resonamos, las creencias, nos indica que en realidad el contenido de nuestra mente no representa una Verdad Absoluta, sino más bien una verdad relativa, subjetiva.
Por otro lado, cuando hablamos de sabiduría interna, nos referimos a algo completamente distinto y mucho más profundo, mucho más trascendental. Es una sabiduría que va más allá de la información mental que acumulamos o la inteligencia que desarrollamos, y que proviene de nuestras vivencias directas.
?Cuando creemos algo a nivel mental, eso no implica que hemos verificado la información en nuestra experiencia. Es simplemente una idea con la que resonamos o una idea que prestamos de otras personas, de la familia o del entorno.
?Cuando sabemos algo a nivel profundo, no necesitamos entrar en la mente analítica o racional para describir ese saber. Simplemente lo sabemos a nivel intuitivo porque lo hemos vivido y experimentado. Ni siquiera nos interesan las creencias en contra o a favor de la sabiduría que nace del SER.
Es fundamental realizar esta distinción entre creencia y sabiduría porque a menudo caminamos por la vida adoptando una serie de creencias colectivas que en realidad nos alejan de la sabiduría interna de nuestro SER. Llenamos nuestra mente de un montón de ideas, conceptos y no paramos lo suficientemente como para verificarlas a través de nuestra propia experiencia.
Es por eso que tener mucha información no es sinónimo de ser sabio o estar en conexión con tu sabiduría interna.
En el contexto de la espiritualidad, comprendemos que las Verdades más profundas de la vida y de la Creación no pueden ser traducidas en palabras o lenguaje.
Las palabras, el lenguaje y el plano mental son demasiado densos para poder captar esas Verdades trascendentales.
Es por eso que muchos maestros y sabios afirmaban que el silencio es el lenguaje de la Consciencia.
Definitivamente, llega un punto en nuestro camino espiritual, donde tenemos que soltar la mente por completo, para abrirnos a la experiencia de quienes somos en esencia.
Y lo que en realidad nos transforma, son justamente estas experiencias, esos momentos en los que vislumbramos lo que hay más allá de todo el contenido de la mente.
La clave es buscar siempre la experiencia directa y no quedarnos atrapados en una espiritualidad teórica o una filosofía que es muy bonita, o muy inspiradora, pero que no ha sido verificada y validada a través de la experiencia.
En este sentido, los seres humanos operamos en 2 niveles:
- A veces necesitamos identificarnos con un determinado sistema de creencias que nos motive a tomar acción en una dirección y luego poder tener una experiencia directa como consecuencia de esa acción
Por ejemplo, si yo creo a nivel mental que la meditación me puede ayudar a expandir mi nivel de consciencia, esa creencia puede generar la motivación necesaria para empezar a meditar (tomar acción) y posteriormente, validar mi creencia inicial.
En este ejemplo, la creencia va primero, y luego se valida a través de la experiencia.
- En otros casos, el mecanismo funciona al revés: tenemos una experiencia de vida que genera sabiduría interior y después entramos en la mente discursiva para definir esa experiencia directa o tratar de explicarla a través de un sistema de creencias
La mente, a pesar de ser un instrumento maravilloso, tiene un montón de limitaciones cuando se trata de explicar las Verdades más profundas de la vida o sintetizar la sabiduría intuitiva del alma.
Existen muchos hitos en el camino espiritual de cada persona donde las palabras se quedan cortas y no podemos verbalizar lo que hemos descubierto a través de la experiencia. Simplemente lo encarnamos y lo vivimos en cada minuto de nuestras vidas.
Te invito a desarrollar una relación diferente con tus creencias para poder observarlas desde afuera y verificarlas en tu experiencia.
Namaste
